lunes, 1 de noviembre de 2010

Café de las Letras

Al ver tu fotografía
en el Café de las Letras,
se me nublaron los ojos
por la emoción y sorpresa.

Y me impresionó la imagen
de tu figura tan clara,
y el brillo de luz de luna
de esa melena plateada.

Y los recuerdos vinieron
de aquellos felices días
donde tu voz perfumaba
las calles de poesía...

Dije tu nombre... y dos perlas
cayeron de mis pupilas,
y el café quedó servido
pues ya valor no tenía.

¡Cuánto dolor, cuánta pena,
cuánto ayer, mi buen amigo...!
Nada es igual sin tus sueños,
sin tu bohemia y lirismo.

... La vida tiene estas cosas
sabemos perfectamente
pero el corazón no sabe
ni de olvido, ni de muerte...

Al ver tu fotografía
en el Café de las Letras,
sentí en el pecho un vacío
y otra vez lloré tu ausencia.

A la memoria
de mi amigo Leonardo.

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