Qué misterio tendrás, fuerza o destino,
que no puedo alejarme de tu lado
sin que sienta mi pecho acongojado
ni que logre olvidarte en el camino.
Qué misterio tendrás, qué influjo o sino,
que me tienes así de embelesado,
a tal punto que a veces he llorado,
por estar lejos tuyo Pergamino...
... Y me gusta vagar entre tu mundo
desde el centro a tu barrio más profundo
sin tener un camino destinado.
Y cien veces o mil, te he recorrido.
Y cien veces o mil, me hube perdido
en los sueños de todo enamorado.
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