Un poco de lluvia mansa
siempre bien le hace a la tierra,
es como un beso de amor
que al alma llega y refresca.
Un poco de lluvia mansa
se abraza al suelo y se queda,
con esperanzas y sueños,
como una madre en espera.
Mientras tanto, el agua suave
es más que una lluvia buena.
Es un manto que Dios manda
de vida nueva a la tierra.
Es verde, amarillo y oro,
y fuerza de primavera.
Es pan, trabajo, alegría,
y canto para un poeta.
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