lunes, 1 de noviembre de 2010

Como lo manda el Señor

El ser humano, es humano,
porque lleva un corazón,
marcándole la intención
de los hechos de antemano.
Lo aconseja como hermano
con la más pura pasión.
Le hace sentir la emoción
de la vida generosa.
... Y hasta la rosa, es más rosa,
cuando le habla el corazón.

¡Pobre del que nunca siente
la voz de su corazón...!
Las cosas no siempre son
como lo ordena la mente.
No hay que confiar solamente
en esta chispa sagrada.
La mente está preparada
para obrar rápidamente,
y de esta forma, la gente,
puede actuar equivocada.

Nunca deje que la mente
trabaje sola en la acción.
Que intervenga el corazón
para no actuar fríamente.
Verá todo diferente
desde un punto superior.
Andará lleno de amor
y será casi perfecto;
es decir, un hombre recto,
como lo manda el Señor.

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