No conoció el amor nunca en la vida
porque el amor, tal vez, le fue vedado.
Su corazón no estuvo enamorado
y siempre fue mujer triste y sufrida.
No conoció jamás andar perdida
por un mundo fantástico, dorado.
Porque el Príncipe Azul, que había soñado,
no vino a despertar su alma dormida.
... Y solterona se quedó en su casa
con sus plantas, sus sueños, y sus flores.
Ocultándole al mundo sus dolores.
Y cada primavera, cuando empieza,
siente algo muy extraño que la abraza,
y a Dios le pide ayuda... mientras reza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario