También los árboles duermen
en la quietud de la noche.
También sus brazos descansan
de vientos, tierras y soles.
Y se despiertan al alba
con los primeros fulgores
para dar paso a la vida
entre trinos y colores.
También los árboles sienten
alegrías y dolores.
Y sufren cuando una rama
inútilmente se rompe.
Y esperan todos los días
del cielo sus bendiciones.
Y aquellos que no dan frutos
dan sombra, madera o flores...
También los árboles sueñan
y viven con ilusiones.
Y se mecen acunando
¡tántos pájaros cantores...!
Y mueren sin decir nada
de frente como los hombres.
¡Por Dios...! No les hagan daño
porque tal vez hasta lloren.
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