lunes, 1 de noviembre de 2010

Mi tesoro

Podrá el tiempo impío
llevárselo todo.
Doblarme la espalda.
Nublarme los ojos.

Quitarme los sueños
de golpe o de a poco,
y apagar la llama
de mis versos locos...

Podrá el tiempo impío
cubrirme de otoño.
Hacer que me sienta
de distinto modo.

Perder toda hombría,
dignidad, decoro,
y andar por las calles
conversando solo...

Podrá el tiempo impío
dibujarme el rostro.
Cambiarme el carácter.
Convertirme en hosco.

No dejar al niño
gritar a su antojo,
y el cantar de un ave
no ser más hermoso.

Podrá el tiempo impío
llevárselo todo.
... Pero nunca el alma.
Nunca mi tesoro.

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