lunes, 1 de noviembre de 2010

Palabras para un amigo

El querido y especial poeta Angel Lapolla, generoso en su amistad y mi valoración, ha pedido que le escriba unas palabras para su nuevo libro poético, sin darse cuenta que, con ellas, desmerecerá su nacimiento.
Pero, al insistir, digo lo siguiente:
El "Negrito" Lapolla, es el mejor poeta de nuestra ciudad.
Sin reparar en edades ni sexos.
Su belleza, su lirismo y su creatividad, lo alzan al peldaño de más lucimiento, y de más valoración.
Su nuevo libro es la reiteración de todos sus merecimientos.
Es el crisol en donde se nutre y fulge la poesía. Es la exposición de su más sincera dimensión de vate singular.
Ojalá que los que andamos en este sendero lírico, podamos -alguna vez- alzarnos hasta él.
Lapolla, no sólo emana frases que son fulgores, sino también profundiza en conceptos que subyacen en lo profundo de sus soliloquios.
Esos soliloquios en los que solemos hundirnos los que andamos en la búsqueda de "ese no sé qué", pero al que seguimos buscando.
Claro que no le diremos nada nuevo, si le expresamos que a Angel lo tenemos considerado en el mejor de los conceptos, como persona, como poeta y como amigo.
La famosa frase de Abel Castellanos en "El Temulento" que dice: "Abel murió, y el mundo se pobló con la raza de Caín", no tendría sentido si el mundo estuviera poblado por muchas personas como él.


Ricardo I. Piraccini

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